El sexto día del presente mes se ha llevado a cabo una pequeña incursión en el Cementerio del Jardín Sereno, Bosque del Ocaso.
Procedo a reportar con detalles lo acontecido:
Sobre las 22:00h del pasado día llegué, a lomos de mi yegua, Valerosa, hacia Villa Oscura, Bosque del Ocaso, tras recibir una misiva urgente del Hermano y Vicario Walker, quien acompañado del Hermano y Vicario Kleist, me recibió en el lugar. Pasados unos treinta minutos desde mi llegada y después de que los Hermanos me pusieran al día, las diferentes Hermandades que conforman la Cruzada decidieron dividirse, dirigiéndose a lugares estratégicos donde se sospechaba había presencia demoníaca. Para nuestra fortuna, nuestros acompañantes en esta misión resultaron ser los draeneis de Lanza de A'dal, dos chamanes y un vindicador. Finalizadas las presentaciones con nuestros camaradas pusimos rumbo hacia el lugar en cuestión: El Cementerio del Jardín Sereno.
La noche se pintaba tranquila y calurosa, aunque la suave brisa que recorría los bosques provocaba que el calor fuese más soportable. Conforme nos acercamos al lugar el aire comenzó a tornarse cargado y gélido, acompañado de una extraña y espesa bruma. Los primeros intentos de nuestros camaradas de la Lanza de A'dal por comunicarse con los elementos fueron un fracaso, por lo que el Hermano y Vicario Walker utilizó su martillo para iluminar el sendero que conducía al interior del Cementerio. Conforme nos adentrábamos en el lugar la bruma se volvía cada vez más y más espesa, su origen, por supuesto, no resultaba natural. Llegados a cierto punto su espesor era tal que difuminaba por completo la luz que emitía el martillo del Hermano y Vicario Walker.
Fue entonces cuando todo dio comienzo.
Una presencia fantasmagórica arrastró a Sir Kleist hacia el interior de la bruma, lo que provocó que lo perdiésemos completamente de vista. La draenei hembra de la Lanza de A'dal se lanzó sin pensarlo a su rescate, localizándolo sin mucho problema. El Padre Soulerg logró encontrar con rapidez el origen de la bruma, un conjurador situado en el camino, delante de la capilla. El Vindicador draenei se adentró en la bruma para localizar a su compañera, sin éxito, por suerte regresó con el grupo, guiándose por la difuminada luz que emitía el martillo del Hermano Walker. Gracias a las indicaciones del Padre Soulerg, el Hermano Walker consiguió asestar un golpe certero al conjurador mediante una Sentencia. Hecho que provocó que se disipase la bruma. Sir Kleist y la draenei femenina se enfrentaban a un presencia fantasmagórica, a la que no tardaron en erradicar con la ayuda del Padre Soulerg. El conjurador resultó embestido por el Vindicador draenei, quien lo desestabilizó y dejó inconsciente con suma facilidad. El conjurador fue posteriormente puesto bajo la custodia de Lanza de A'dal.
Aquello no había hecho sino comenzar.
Una vez reducido el conjurador las podridas puertas de madera de la capilla se abrieron de par en par, emitiendo un chirrido que helaría la sangre de cualquiera. De su oscuro interior surgieron tres entidades demoníacas, dos Guardias Viles que superaban en tamaño a los draenei y un Inquisidor. Dispuestos a encarar esta nueva amenaza nos dimos cuenta de que sus fuerzas, aún siendo menores en número, eran superiores a las nuestras. Sir Kleist y el Padre Soulerg resultaron heridos en una de las arremetidas del Inquisidor. El Vindicador tropezó con los obstáculos del terreno, lo que forzó al Hermano Walker a canalizar un hechizo protector sobre él. Gracias a la Luz, llegaron varias oleadas de refuerzos, tres, en total.
Con las fuerzas conjuntas de las Hermandades que conforman la Quinta Cruzada se logró completar la misión con éxito y sin ninguna baja aliada. Una vez muertos los demonios, los Caballeros de Ashkandi purificamos sus cadáveres, reduciéndolos a cenizas para evitar que su vileza se expandiese por la tierra.
Destacar la valentía de Sir Kleist, la audacia del Padre Soulerg y el temple del Hermano Walker, así como la inestimable ayuda de nuestros camaradas de la Lanza de A'dal, así como la excelente coordinación de La Guardia Roja.
Atte. Lady Eriadna Crowley,
Vicaria de la Justicia y Cap. Caballero de la Orden de los Caballeros de Ashkandi.